
Esta foto la tome en la ciudad de Mérida, México. El mismo día de su publicación en este blog.
Mientras en Europa el segundo y tercer rebrote del Covid colapsan los noticiarios, en Mérida se vive una nueva normalidad bastante normal, con gente normal haciendo sus compras y vendiendo sus productos normales.
Destaco esta fotografía porque me hace reflexionar sobre el sentimiento que me produjo volver a Latinoamérica después de estar unos 3 meses en Canadá, impregnándome de una arquitectura de primer mundo se podría decir? o tal vez más "bonita"? o quizá más adaptada al clima del lugar?, en fin, cualquiera de esos argumentos puede ser válido en mi reflexión, pero lo que si está claro, es que el paisaje arquitectónico tanto de Canadá, o de otros lugares como EEUU o Europa. Es muy distinto al que nos acompaña en gran parte de nuestras vidas en Latinoamérica.
Recuerdo bajarme del avión en la ciudad de Cancún, e ir a la terminal a tomar el bus para viajar a Mérida, y ya inmediatamente ver esta infraestructura tal vez más precaria, colonial, desordenada o como lo quieras llamar; me genero una sensación de volver a casa, de estar en tu lugar, en tu ambiente; no digo zona de confort porque seguía estando en un lugar totalmente nuevo y desconocido para mí, pero ya el ambiente me hacía sentir una cercanía con el lugar que en aquel momento agradecí y disfrute mucho.
Esta sensación ya la había tenido en otras ocasiones, y hoy la destaco porque es un recuerdo resiente, pero me gustaría destacar la importancia tal vez inconsciente que tiene para nuestro bienestar mental quizá o energético, los entornos en los que nos desenvolvemos, la comodidad que nos puede generar un entorno específico, y la fuerza que de atracción que se crea en nuestros cerebros a la hora de estar lejos y luego volver a algún lugar.