Existen muchas entidades encargadas de fomentar el arte, algunas independientes y otras gubernamentales. En Chile el arte, la cultura siempre se nos ha presentado como un mundo medio complejo que si queremos desarrollar de manera "formal" nos presenta más contras que estímulos. Burocracias, formalidades extrañas, presión a la hora de desarrollar el proyecto, y el aceptar muchas veces ser financiados por mineras que destruyen ecosistemas completos, marcas que aportan recursos a la cultura con la finalidad de evadir impuestos, y el tratar con gente que está totalmente desconectada del mundo artístico, y que solo piensa en números y resultados "bonitos" literales poco críticos y que no hagan sentir incómodo a nadie.
El salir de Chile y ver como se crea cultura en otros países me permite ver la precaria situación artística que vivimos. El comparar a ciudadanos de otras latitudes y escucharlos hablar de sus músicas, sus artes visuales, sus danzas, (tanto actuales como pasadas) con tanta propiedad y admiración, y darme cuenta que cuando me toca hablar a mí de la cultura de mi país, me sumerjo en una piscina sin agua, sin identidad, que rescata repetitivamente a los ya clásicos nombres de Víctor Jara, Violeta Parra, Los Jaivas, Pablo Neruda, Salvador Allende, PiNoChet, los Mapuches, la cazuela?, la empanah? los Chanco en piedra? ok bailemos cueca.... y ojalá cueca chora ctm! Estudie en Argentina, visite Colombia y ya llevo como un año en México, y ni siquiera debo mencionarlo, ni tampoco tienes que haber visitado esos países para ya lograr identificar la identidad cultural que tiene cada uno.
La reflexión que me deja todo esto es del como una dictadura militar reseteo nuestra identidad cultural, como transformo la mentalidad de el chileno a un ser de producción sin ocio, que no necesita de arte más que alguna lista creada por un algoritmo en Spotify, o las fotos de un pintor en Instagram.
Acabo de trabajar en un proyecto de cortometraje en la Ciudad de México junto al colectivo "Hipocampo de flores" el cual me a motivado a escribir esta entrada de blog, relacionando el estímulo del trabajo artístico, los espacios, la enseñanza y las repercusiones que puede tener cada producto que se crea.
Todo parte con la convocatoria a la grabación de cortometrajes por parte de una entidad llamada "Fábrica de artes y oficios Faro Aragón". Una entidad con varias sedes en la Ciudad de México y cuyo subtitulo dice "Cultura comunitaria" 🥰. Estas sedes espectaculares son teatros gigantes equipados con todo lo necesario para la creación y presentación de obras artísticas y ofrecen talleres de distintas disciplinas a personas de todas las edades, creencias, nacionalidades, género, todo!. Un espacio abierto a todo el que quiera crear.
El colectivo Hipocampo de Flores gana una convocatoria para la grabación de un cortometraje en el que Faro Aragón les enseñaría a ocupar todo el equipamiento necesario, y les facilitaría los espacios y los equipos (de nivel profesional) para la grabación de este. A la hora de grabar el corto fuimos asesorados todo el tiempo por especialistas del área audiovisual con mucha trayectoria, la disposición de toda la gente que trabajaba en el edificio era espectacular, y podíamos solicitar al profesional que necesitáramos para solucionar las necesidades específicas de alguna escena del cortometraje que necesitara iluminación, vestuario, audio y/o escenografía especifica.
Durante toda la grabación había un camarógrafo de Faro Aragón preocupado de registrar un Back stage de todo el proceso. Cuando terminamos de grabar nos hicieron una entrevista a cada uno de los participantes para dejar registro de como había sido nuestra experiencia y resaltar detalles específicos de la obra.
Sin duda una experiencia de creación totalmente cómoda y a la cual cualquier persona con inquietudes de creación podía acceder.
Dejo esta historia solo para complementar los primeros párrafos e invitar a la reflexión personal del como desarrollamos cultura en nuestros países. 😉

You may also like

Back to Top