
Manchester es una ciudad gigante en la cual da la impresión que no hay problemas económicos, todo lo contrario, en el centro de la ciudad te puedes encontrar con autos deportivos de último modelo cargando bencina, (Algo así como Iquique, pero con autos de verdad) gente muy maquillada, muy preocupados de su estética, ese exquisito acento británico sonando por todas partes y tiendas llenas de ciudadanos comprando la ropa más top de la temporada. Recuerdo que nos sentamos un momento a tomar un café en una esquina central, simplemente a mirar esa especie de pasarela de modelaje, tanto de vehículos como de personas, y aproveche de disparar algunas fotos, algo tímido con tal de no incomodar a la gente.
Esta foto fue tomada en ese momento, y la destaco porque juega en algún sentido con nuestra realidad, y nos hace confundirnos de quien realmente está manejando el auto. En Inglaterra los vehículos tienen el volante al lado derecho, y por eso, a pesar de que no se logra ver el volante, la imagen puede llegar a ser confusa.
Otro de los puntos que me hacen destacar esta imagen, es la mirada dulce y tranquila de la mujer, que mira esta pasarela de modelaje tal vez con la misma sorpresa que yo, o tal vez como una residente que viaja tranquila por su ciudad.
Se agradece a la fotografía el permitir almacenar en el tiempo, estas sonrisas, estos juegos de realidad, estas sensaciones.