Si el sueño americano existe, me parece que tendría que ser un sueño que abarque a todo el continente americano, no tan solo a Estados Unidos como se le suele atribuir a esta frase, ya que al menos por lo que yo entiendo, América es un continente no un país.
Esta fotografía lamentablemente no es un acierto fotográfico ni nada por el estilo, más bien es una de las escenas más comunes que te puedes encontrar en muchas de las calles de Los Ángeles, de Nueva York o Washington dC, de San Francisco (Que son las que he visitado en este país). La destaco para reflexionar y contarles mi experiencia relacionada a la gente de la calle, a mis viajes, a hostales y al momento de dar tiempo a nuestro cerebro para que limpie su sistema interno de todos los desechos tóxicos que crea durante su trabajo diario gracias al sistema Glinfático.
Esta es mi segunda visita a este particular país, y como mi presupuesto de viajero siempre esta al límite de la nada, ambas veces mis viajes han sido lo suficientemente low cost, para tener que cruzarme, digamos con el verdadero Estados Unidos? O tal vez con el lado B, la historia que no se muestra normalmente, o que se muestra disfrazada en mafias peligrosas que disparan en medio del centro de las grandes ciudades. De todo menos de eso, es la realidad que en ambos viajes me ha tocado ver. No había escrito de esto hasta ahora porque pensé que solo se daba en New York (Mi primer viaje) Pero ahora que visito Los Ángeles y San Francisco me encuentro con esta misma particular realidad poco difundida en medios, filmes y documentales.
Normalmente en mis viajes duermo en hostales que ofrecen piezas compartidas. (varios camarotes en una habitación) Es la alternativa más económica y normalmente puedes conocer a gente muy buena onda que vive los viajes más menos como uno. Al hacer mis reservas en alguna de las plataformas disponibles, lo hago buscando más menos eso. Un espacio para descansar, con toques de interculturalidad, distracción, y una que otra charla simpática normalmente en espanglish. Esto ocurre en todos los hostales de Sudamérica, con precios muy económicos y la experiencia la recomiendo totalmente, ya que hace el viaje más inmersivo en el contexto de gente que anda como uno, e inconscientemente te retroalimentas de conocimientos, sabiduría, o tal vez de pura mierda.
Estados Unidos es distinto. Normalmente los hostales económicos que ofrecen este servicio de pieza compartida son un desastre. Ocupo la palabra desastre sin exagerar, ya que son varios los factores que aportan a esta descripción. Partiendo porque no son nada baratos, (Sigue siendo la alternativa barata para visitar EE. UU., pero por lo que pagas acá, te aseguro que puedes pagar incluso un hotel en otros países)
Normalmente llegas y te encuentras con un entorno bastante descuidado y desordenado. La atención es como si te estuvieran haciendo un favor, y fácilmente te puedes encontrar con algunas personas bajo los efectos de alguna sustancia. Ya sea hablando solos, pegados mirando la pared, o a los gritos discutiendo con un ser imaginario.
Me toco uno en Los Ángeles al que llegue de madrugada, me atendió un cubano casi borracho, y en la sala había un gringo semi desnudo sentado en una silla tapado con una manta mirando el techo y diciendo palabras. Dos gringos de raza negra sentados mirando una televisión sin pestañas que pasaba una telenovela mexicana en español y que claramente no entendían nada de lo que decían, solo pienso que viajaban en los colores, y sonidos. En pocas palabras al ser lugares "baratos" se transforman en casas digamos para los homeless o vagabundos con algún tipo de recurso económico, o personas con problemas sicológicos, o simplemente personas que se entregan a la soledad. Desde algún punto de vista bien rebuscado son privilegiados al tener recursos para poder pagar un techo, en contraste a los muchísimos con los mismos problemas que se ven en las calles durmiendo, recolectando comida, arrancando de gente que los hecha de donde están durmiendo, etc.
Para no hacer una entrada muy larga, seguiré desarrollando el tema en otra entrada.

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