Esta foto la destaco para hablar de una de las cosas que me gustó mucho de Nueva York, en mi visita de marzo del 2020.
Nueva York específicamente la zona de Manhattan, como muchos saben a través de las películas y medios de comunicación, es una urbe repleta de rascacielos, no por nada se le denomina "la ciudad de los rascacielos".
En primera instancia yo me imaginaba una ciudad atestada de tráfico y gente en la cual poca paz y tranquilidad se podría encontrar.
Para mi sorpresa y gran agrado, descubrí que a pesar de su 1.690 millones de habitantes, Manhattan mantiene una especie de equilibrio particular entre el caos y la tranquilidad.
Pienso y creo según lo poco que vi de la ciudad, que es debido a que sus zonas verdes son muy bien aprovechadas por sus ciudadanos y además son espacios en los cuales se puede lograr una relativa desconexión de la rutina de la ciudad.
El ejemplo más claro y a gran escala es el Central Park, que además de ser una masa verde gigante en medio de una ciudad, es un espacio deportivo y de distracción para muchas personas. 
Pero además de esto existen varias plazas en medio de la selva de cemento que con sus cafeterías, tableros de ajedrez, tenis de mesa, cooperan para que tú como persona puedes estar casi siempre cerca de ellas.
Se puede tener mucho espacio para distracciones al aire libre, pero el pequeño gran detalle y lo que me hizo destacar esta foto, es que existe una especie de cultura del espacio público, que hace que cada vez que pases por alguno, allá mucha gente haciendo todo tipo de actividades, y de manera muy distendida. El utilizar y saber disfrutar estos espacios es una cualidad de ciudadano que no está en todos lados y la destaco en la gente del famoso NYC.

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