
Destaco esta foto porque fue exactamente en un bello momento.
Marchas en todo Chile, levantamiento social en contra de un sistema económico y político en el cual la clase empresarial se ve agraciadamente beneficiada de muchas de las
políticas que alberga una constitución creada en dictadura; mientras los demás debemos soportar un montón de abusos y robos, los cuales, sumado a un muchas otras razones explotaron en octubre de 2019.
La foto fue tomada en la ciudad de Iquique en una de estas marchas en enero de 2020. Recuerdo íbamos pasando por fuera de un edificio militar, toda la gente que participaba de la marcha comienza a gritar "Asesinos!" y un grupo de jóvenes encapuchados tiraban bombas de agua rellenas con pinturas de colores hacia el edificio. Era un proceso previamente preparado, ya que comenzaron a aparecer baldes llenos de estas bombas de color que dotaban de armamento "casi mortal a estos peligrosísimos jóvenes".
Recuerdo el momento en que uno de esos jóvenes, al lanzar este armamento belicoso, se le cae el teléfono del bolsillo, e inmediatamente aparece otro de estos jóvenes, que se preparaba en la disciplina del lanzamiento de la bala para representar a Chile en los próximos juegos olímpicos, y le devuelve el celular sin dudar ni un segundo.
Tal vez la historia en sí, no es muy potente, pero en ese momento en el que el movimiento social estaba siendo catalogado como foco de delincuencia por el gobierno, los medios de comunicación solo se enfocaban en los destrozos que las marchas producían, y la opinión pública hablaba de lo peligroso que era ir a las marchas. Para mí fue un momento realmente emocionante y a destacar. La gente, los jóvenes que marchan, no son delincuentes; más bien son jóvenes que tienen impotencia porque solo pueden estudiar a través de deudas, son jóvenes que tienen rabia porque la policía los insulta y maltrata sin previas provocaciones y son jóvenes frustrados por la impotencia de no ser escuchados.